Durante un acto organizado en Madrid por la Fundación Once, Montoro ha explicado que la deducción persigue reconocer que cuando una persona alcanza una edad «muy avanzada» hay unos «costes inherentes». Hacienda fijará así una deducción en la cuota, aunque el ministro no quiso detallar a partir de qué edad se aplicará y si será necesario cumplir ciertos requisitos para acceder al beneficio tributario.
La tarifa del impuesto vigente no discrimina por edad. Es decir, aplican los mismos tipos los asalariados al cobrar su nómina que los jubilados al recibir su pensión. Aunque la legislación sí contempla que el mínimo personal y familiar -la parte de renta exenta de tributación- aumente de los 5.550 euros que se aplican todos los contribuyentes a 6.700 euros para los mayores de 65 años y a 8.100 euros para los que superan los 75 años.
El Gobierno también ha prometido de forma recurrente aprobar una incentivo fiscal para los trabajadores que sigan su vida laboral cuando alcancen la edad de jubilación. Sin embargo, esta medida no se contempla para los Presupuestos de 2018.
El Ejecutivo, de momento, no cuenta con los apoyos suficientes para sacar adelante las cuentas y el anuncio de la rebaja del IRPF a los jubilados puede entenderse como una medida de presión. Sin Presupuestos, también ha quedado en el aire el pacto que selló el Gobierno con Ciudadanos y que contemplaba una rebaja del IRPF, incrementar el permiso de paternidad y mayores ayudas tributarias para las familias con hijos. En concreto, la formación naranja negoció con Hacienda dejar exento del IRPF a las rentas inferiores a 14.000 euros. Actualmente, el umbral de no tributación está fijado en 12.000 euros brutos. También existe el compromiso de rebajar el IRPF a las rentas inferiores a 18.000 euros.